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Origen del vino

historia del vino resumen

El vino acompaña a la humanidad desde la más profunda antigüedad. Una de las bebidas más populares y consumidas en todo el mundo. Existen de muchos tipos y variedades, cada una de ellas con sus características propias. En CurioSfera-Recetas.com, te explicamos cuál es el origen e historia del vino.

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Origen del vino

La historia del vino va totalmente ligada a la uva y las viñas, lo que indica que hasta que los humanos no se hicieron sedentarios el vino no pudo hacer su aparición. Esto ocurre con muchos alimentos, pero en el caso de las viñas, que tardan unos años a ser productivas, todavía es más evidente.

Los primeros restos que tenemos que indican cultivos de viñas son de la zona de Turquía y Uzbekistán, pero pronto se fueron extendiendo allí donde el clima lo permitía.

Lo más probable es que inicialmente se limitaran a obtener el zumo de la uva para disponer de una bebida agradable. Esto no era exclusivo de la uva, pero la cantidad de mosto que se saca de cada grano de uva supera de largo el volumen de líquido que se puede extraer de otros frutos.

Este mosto contiene muchos azúcares, por lo que si se deja reposar unos días puede tener lugar una fermentación espontánea gracias a las levaduras presentes en la misma uva. Esto debió pasar en varias ocasiones, y muchas culturas se dieron cuenta de manera independiente. La bebida entonces tenía otro sabor y causaba “alegría” y “bien estar”…, y un buen dolor de cabeza después.

Evolución del vino

La uva inicialmente era de color oscuro y el vino que obtenían era vino tinto, pero en Egipto lograron viñedos que habían sufrido una mutación y habían perdido la capacidad de fabricar antocianina, que le da el color oscuro.

Aquellos grandes eran verdes y el vino que se obtenía era el vino blanco. De todos modos, en Egipto, la bebida más popular era la cerveza. El vino lo dejaban para los ricos y para algunas ceremonias religiosas, además de para otras cosas, como limpiar los cadáveres que habían de embalsamar.

Una vez más, de los egipcios pasó a minoicos, en la isla de Creta, y de ahí a Grecia, Roma y todo el continente. Aquellos vinos antiguos ahora nos parecerían muy curiosos, aromatizados con diferentes hierbas, cereales e incluso mezclados con cerveza para hacer una bebida que llamaban ptisane.

Ahora una tisana es una infusión de hierbas, pero en aquellos tiempos era vino con cerveza. También se tomaban vinos cocidos, para conservarlos mejor, y vinos aromatizados con pétalos de flores, miel o resina de árbol.

Al igual que ocurre ahora, cada región hacía su vino y estaba muy orgullosa. Los griegos eran más de vinos tintos, mientras que los romanos apreciaban más el vino blanco.

Ya se sabe que contra gustos… Y por algún motivo prohibieron que las mujeres tomaran y sólo podían beber el vino cocido, que había perdido el alcohol.

Dicen que la costumbre de besarnos en la boca deriva de esta prohibición. El marido, al llegar a casa, «probaba» los labios de la mujer para averiguar si había tomado vino. En todo caso, el vino enseguida pasó a formar parte de la cultura mediterránea y también sufrió las consecuencias de la caída del imperio romano.

Llegada del vino a América

Los españoles introducen el cultivo de las viñas en América apenas llegar en el siglo XV. Para los conquistadores españoles era muy necesario para poder producir el vino de la Sagrada Eucaristía.

Precisamente de América procederá en 1860 la filoxera, una enfermedad que acaba con gran parte de las viñas de todo el sur de Europa.

A España llegó más tarde que a Francia, y durante algunos años los viñedos españoles abastecieron a los franceses, hasta que la filoxera entró también en la Península. El problema acabó con el injerto de raíces. Por suerte, las cepas americanas eran resistentes y las viñas y el vino se pudieron rehacer.

Ahora ya nos cuesta imaginar la gastronomía sin la presencia del vino. Toda una cultura que comenzó con un poco de mosto olvidado durante unos días en alguna jarra de la antigua Turquía.

Historia del vino resumen

Se han encontrado restos antiquísimos de residuos de vino en Shulaveri, Georgia, en los montes Zagreb, en Irán, y en Uruk. Los primeros tienen diez mil años y pertenecen al Neolítico, como los segundos, de hace siete mil años. Los terceros son de una ciudad sumeria y sólo tienen cinco mil años.

El vino la bebida más antigua conocida, con la salvedad de los líquidos naturales como el agua y los obtenidos directamente de las plantas. Pero los restos hallados son pocos, pues la uva era escasa en la antigüedad, y la uva salvaje crecía sólo en el área que envuelve los lugares mencionados.

En el año 3000 a.C., el cultivo de la viña se introduce en Egipto y se sabe que el comercio de vino se dio entre Egipto y Canaán al menos desde el año 2600 a.C., en el Imperio Antiguo. Es probable que el vino se usará en las ceremonias como un símbolo de la sangre más que como una bebida que los reyes no llegaban a probar.

Quienes sí bebían eran los griegos desde los tiempos minoicos, hasta el punto de tener un dios dedicado únicamente al vino, Dioniso, convertido en Baco en Roma. Los griegos exportaban el vino por todo el Mediterráneo en ánforas.

Los romanos desarrollan la viticultura y lo cultivan en todas sus provincias con calidades diferentes, entre las que destaca el de Lusitania.

Tras la caída de Roma, el cultivo y la fabricación del vino se guardan en las instituciones de la Iglesia, encabezadas por los monjes benedictinos y los cistercienses. Finalmente, el vino llega a América de mano de los españoles en el siglo XV. Y de ahí se expandió por todo el continente.

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